Preocupante planteo sobre la "crisis" de los cinturones verdes y la agricultura familiar

Una de las especialistas que pasó por el encuentro organizado por el municipio advirtió que hay una enorme degradación que impulsa a que cada vez sean menos las familias que se quedan en sus chacras a producir alimentos. La agroecología es algo vanguardista pero lamentablemente no es masivo y el uso de agroquímicos sigue liderando las preferencias de las producciones extensivas. Faltan políticas de Estado en este sentido.
La Primera Jornada de Actualización en Agroecología organizada pro el municipio, el INTA Jesús María y la Sociedad Rural de Jesús María, pasó por diversas instancias que fueron muy interesantes. 
Una de ellas fue protagonizada por la Arq Beatríz Giobellina, que pertenece a la agencia INTA Córdoba y está a cargo de la Dirección de Ordenamiento de Territorio y Ambiente. 
Su planteo fue tan crudo como real en el marco de una mirada social de la producción de alimentos en los cinturones verdes que aún resisten en el Gran Córdoba y uno de ellos, en Colonia Caroya. 
¿Cómo está Córdoba y Colonia Caroya en ese marco?
Giobellina: "Creo que tuvieron históricamente Córdoba Ciudad y Colonia Caroya un enorme potencial y lo están perdiendo, tuvieron un enorme patrimonio y lo están perdiendo, yo creo que están en crisis, están en un punto de degradación en el cual hay que actuar urgentemente". 
La profesional sostuvo que es importante planificar el territorio teniendo en cuenta el ambiente y el denominado "alimento de proximidad", es decir, aquel que se produce a poca distancia de sus consumidores. 




"En primer lugar (el alimento de proximidad) no utiliza transporte, ahora con los tarifazos y con los precios del transporte, el alimento que se produce a kilómetros desde otro punto de producción es un alimento necesariamente más caro, pero también más contaminante, en un mundo en el que la crisis climática y global está avanzando aceleradamente con advertencia de todos los científicos y la ONU, de que tenemos que cambiar el modelo de desarrollo", apuntó la referente del INTA. 
Sostuvo además que hay que "mantener a las ciudades con sus cinturones hortícolas, proteger los sistemas de regadíos, mejorar las tecnologías de producción de manera que no sean contaminantes, mejorar la biodiversidad que contribuye a que las tecnologías no tengan que ser tan dependientes de insumos químicos, proteger las condiciones de vida de la familia agrícola" y que "todo eso debería estar en primer lugar de la política pública, aunque en este momento pasa todo lo contrario, la agricultura familiar está desprotegida". 
Giobellina sostuvo que es un tema que debe estar en la agenda de los gobiernos pero también en la consideración de la ciudadanía, que debe valorar a quienes producen la ensalada que llevan a la mesa. 
"Puede pasar que algún día no tengamos tanta disponibilidad. Cada familia agricultora que se pierde es irremplazable", sentenció la especialista. 
Explicó que el país está despoblado de agricultores porque no están garantizadas las condiciones mínimas de vida ni el apoyo estatal que requeriría un desarrollo sostenido en el tiempo. 
"Eso es una política inconsciente de nivel nacional de muchas décadas, de no haber hecho más para mantener y radicar la población rural con condiciones de vida, porque claro, por qué se va la gente del campo, porque no tiene condiciones de vida", aseveró sin pelos en la lengua. 
¿Cómo se frena la voracidad inmobiliaria?
Giobellina: La voracidad inmobiliaria se frena con límites y regulaciones, nosotros hemos presentado hace dos años en la Municipalidad de Córdoba una carta abierta pidiendo que se frene la destrucción del cinturón verde de Córdoba y se lo proteja, no hemos tenido gran respuesta pero seguimos trabajando en esa línea. Se frena definiendo un parque agrario, definiendo un área de producción que no se va a urbanizar, eliminando toda expectativa de negocio inmobiliario y priorizando el lugar donde se van a producir los alimentos pero además con políticas convergentes. Políticas de créditos, de subsidios, de provisión de infraestructura, de comercialización, políticas integrales de desarrollo de parques agrarios y cinturones verdes.
Sin dudas, la visión de la referente del INTA es de avanzada pero al parecer los gobiernos de los distintos estamentos siguen mirando hacia otro lado pensando que la lechuga estará ahí, disponible, para siempre. 




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