Murió José Manuel De la Sota sin cumplir su sueño presidencial

#Córdoba. 
El ex gobernador de Córdoba sufrió un accidente en la Ruta 36 y perdió la vida de manera trágica. Chocó desde atrás un camión y las lesiones fueron tan severas que dejó de existir en el acto. Estaba preparando su regreso al escenario político para intentar, a sus 68 años, llegar al Sillón de Rivadavia. Los dirigentes políticos de todos los colores lo recuerdan como un gran cuadro político. Sin dudas, uno de los constructores de poder más inteligentes y brillantes que haya tenido la Argentina, más allá de que uno podía o no estar de acuerdo con sus formas. 



El sábado 15 de septiembre de 2018 quedará marcado para siembre como una jornada de luto para el peronismo cordobés. José Manuel De la Sota murió en un siniestro vial sobre la Ruta 36 -convertida en autopista- y causó una conmoción generalizada.
Fue gobernador de nuestra provincia en tres oportunidades y no caben dudas, el líder sin discusiones del justicialismo, aunque le permitía compartir el podio, siembre unos centímetros más abajo, al actual mandatario, Juan Schiaretti.



Con él compartieron luchas y enfrentamientos, pero entendieron que juntos conformaban un tándem invencible. Así, durante casi 20 años, se fueron alternando en el poder dejando a la oposición lejos de alcanzar siquiera el sueño de gobernar Córdoba.
En los últimos días Unión por Córdoba estaba movilizada por la idea de que De la Sota iba nuevamente a intentar concretar su anhelo presidencial, algo que le quitaba el sueño, y había que diseñar la estrategia para mantener el poder en la gobernación.
"El Gallego", como le decían sus allegados, era descripto por todos como un hombre amplio, de consensos, pragmático y sobre todo, inteligente. Capaz de diseñar alianzas impensadas a la hora de avanzar en una carrera electoral y esto siempre le dio frutos.
Era sin dudas, uno de los mejores oradores que haya tenido la política cordobesa, sólo comparable con el manejo de la palabra que tiene la ex presidenta Cristina Fernández o el recordado ex presidente Raúl Alfonsín.



Sus medidas efectistas como el Programa Primer Paso, el Boleto Educativo Gratuito y el famoso "30% de descuento en los impuestos", son quizás su legado más saliente en lo que fueron sus tres gestiones de gobierno.
Pero también fue un hombre que avanzó contra los empleados públicos y le quitó un porcentaje de aumento a los jubilados provinciales.
En su momento se opuso al gobierno kirchnerista pero a la vez les abrió una zona liberada cuando hizo falta forjar alguna estrategia que consideró conveniente.
Se peleó con el campo, con muchos intendentes, con sectores del ambientalismo y con los gremios estatales. También mantuvo sus afrentas con los opositores que se cansaron de pegarle esperando sacarlo de su eje, pero De la Sota siempre fue cauto a la hora de usar la palabra.
Como entrevistado era un hábil escapista y siempre decía lo que quería decir y respondía como le convenía.



"Está siempre de campaña", me dijo una vez uno de sus colaboradores más cercanos y creo que no se equivocó.
Murió un hombre que estuvo en lo más alto del poder cordobés y que generó algunas políticas sociales interesantes que lamentablemente no siempre dieron el resultado esperado.
Los barrios ciudades no lograron cambiarle la vida a la gente, las más de 500 escuelas no mejoraron el sistema educativo cordobés y su apoyo al campo no se equilibró nunca con un respeto al ambiente como de hecho pidió en varias oportunidades.
Así se fue De la Sota, un hombre que quedará marcado como protagonista en la historia cordobesa.
Hoy muchos referentes de la política que lo detestaron y quisieron destruirlo como dirigente expresan sus condolencias. Es esa hipocrecía de la muerte, que al parecer extingue las diferencias o cambia el concepto que se tenía sobre los vivos.
Creo firmemente que nadie cambia con la muerte, el féretro no hace al hombre, sino sus acciones.

Nicolás Luque.








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