Se cumplieron 45 años del "Adiós Sui Generis"

 


Charly García y Nitro Mestre nunca imaginaron lo que iban a implicar para la historia del Rock Nacional esos últimos dos conciertos que brindaron  en el Luna Park el 5 de septiembre de 1975. Quedó registrada una película. 

Un mes antes del concierto todas las entradas para el último recital de Sui Generis, el dúo que integraban Charly García y Nito Mestre, ya estaban vendidas. Tuvieron que hacer dos presentaciones consecutivas para poder contener al público. 

Desde muy temprano las filas se extendían frente al mítico estadio. 

En Argentina se vivían momentos de mucha tensión política, donde la Triple A era el brazo terrorista del Estado, a punto de ingresar a uno de los periodos más oscuros de los que se tenga memoria. 

Jorge Álvarez, responsable del sello Mandioca, intentó hacer lo posible para que Charly y Nito no se separaran, pero fue imposible. La decisión estaba tomada. 

En ese momento García ya desbordaba de talento y tenía en mente otros proyectos que no incluían a su compañero. A su vez, el propio Mestre ya quería dejar la agrupación. Todos los astros se alinearon para que Sui Generis terminara su trayectoria en lo mejor de su carrera. 

Como el Luna Park al otro día tenía una función de boxeo, decidieron hacer dos funciones consecutivas: una a las 20 y otra a las 23 horas. De hecho, en las grabaciones está registrado el momento en que Charly le dice a la gente del primer concierto que "se vayan" para que pudieran ingresar los demás. 



En total, asistieron 26 mil personas, algo inédito en la Argentina. 

Nito Mestre se alojó en un hotel cercano al estadio y Charly García fue horas antes del show junto a un amigo en un Citroën 3CV a recorrer la zona. Hay una leyenda urbana que asegura que ese día el joven del bigote bicolor se fumó 27 porros. 

Los críticos de música aseguran que Sui Generis fue la agrupación musical más importante que tuvo la música nacional, sobre todo por el fenómeno social que implicó. Los jóvenes impulsados a salir a la calle cuando la violencia era dueña y señora. 

Si bien la lista no fue armada para la enorme masividad que tenían en ese momento, no faltaron los hits como Rasguña las Piedras, Aprendizajem, Canción para mi Muerte y Confesiones de Invierno. 

El recital quedó marcado a fuego por generaciones enteras y hasta hoy, a 45 años de aquel suceso, sigue creciendo esa leyenda que fue escrita de mil maneras distintas. 


 

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