El misterio de María Eugenia Cadamuro
Jesús María.
Sin dejar rastros, pero sí un mar de dudas, "Maru", como todos la conocen, fue vista por última vez el pasado 15 de marzo. A partir de allí, la Justicia decidió encerrarse en un hermetismo infranqueable y la única novedad que cobró estado público fue la detención de Jeremías Sanz, el hijo de la mujer. Sus familiares prefirieron respetar el silencio hasta que haya más detalles de una investigación que por el momento se mantiene en el más estricto de los secretos.
El pasado 15 de marzo fue el último día en que se tuvo noticias sobre María Eugenia Cadamuro, una mujer de 46 años que había llegado a fines de 2016 a la Argentina nuevamente, horas antes de que su madre dejara de existir.
Hasta ese momento vivía hacía alrededor de 5 años en Miami, donde conoció a Pedro García, un cubano, trabajador de la construcción con quien se casó.
"Maru", como todos le dicen, tiene dos hijos, Jeremías (21) y Guadalupe (24). El primero vivió mucho tiempo con su tía, Mabel, y la joven reside en Buenos Aires, donde estudia teatro.
Los amigos de María Eugenia fueron los primeros en notar su ausencia y de hecho realizaron la denuncia policial correspondiente. Llegaron a su casa, encontraron todo como si fuera a regresar en diez minutos, pero l amujer nunca apareció.
A partir de entonces comenzó un derrotero de búsquedas, pedidos solidarios a través de las redes sociales y una maraña de comentarios y versiones malintencionadas y sin fundamentos que barajaban cinematográficas hipótesis sobre su paradero.
En el medio de esa situación de profundo pesar para todos sus seres queridos, salió a la luz un conflicto familiar que Maru mantuvo con su hermana Mabel por cuestiones relacionadas a una herencia de la familia Cadamuro. Esa parte de la historia, que terminó con denuncias cruzadas, pertenece al fuero íntimo y en realidad no cobra relevancia en esta crónica.
Pero de todas maneras, esto fue caldo de cultivo para un sinnúmero de elucubraciones dignas de los más encumbrados dramaturgos.
Mientras tanto, los amigos de María Eugenia decidieron convocar a una manifestación pacífica frente a los Tribunales de Jesús María cuando ya habían pasado 15 días de su desaparición.
Ese día, el 30 de marzo, diez minutos antes de que comenzara la movida frente al palacio de justicia, el Fiscal Raúl Almeyda, con el aval de la Jueza Cecilia Ferrero, emitieron una orden de detención para Jeremías, acusándolo de "privación ilegítima de la libertad agravada".
El fundamento de su detención fue, entre otros, la posibilidad de fuga y el riesgo procesal que implicaba la posibilidad de que el joven tomara contacto con otros testigos de la causa.
Desde ese día el hijo de Maru permanece detenido en la Cárcel de Bower, esperando que el Fiscal tome algún tipo de resolución relacionada con un pedido de excarcelación que interpusieron sus abogados defensores.
Pero lejos de eso, el secreto de sumario que se decretó desde el primer día de investigación se extendió por otros diez días.
El abuelo de Jeremías, Jorge Sanz, fue uno de los pocos familiares que hablaron con la prensa ese día y manifestó que la investigación estuvo "direccionada" para acusar a su nieto. Mencionó además a Pedro García, el marido de María Eugenia, como otra posible línea de investigación pero sin hacer acusaciones concretas.
Mientras tanto, los abogados insistieron en que no hay motivos para que el joven permanezca detenido, pero el hermetismo de la investigación no permite acceder a ninguna de las fojas que contiene el expediente.
Se hicieron allanamientos en domicilios de la familia de María Eugenia, en comercios, en uno de los campos de la familia Cadamuro y en la casa del propio Jeremías.
También se siguen efectuando rastrillajes en la zona de Villa del Totoral, Sarmiento y Villa Gutierrez, buscando alguna pista de la mujer, cuyo paradero sigue siendo un verdadero misterio.
Fuentes confiables advirtieron que ya no están buscando a una persona con vida, pero hasta el momento, oficialmente la causa sigue en marcha con la carátula de desaparición.
No se conocen otros sospechosos y mucho menos imputados por el hecho que mantiene conmocionada a toda una comunidad.
Nicolás Luque
Periodista de Más Radio 98.7 - 97.5
El pasado 15 de marzo fue el último día en que se tuvo noticias sobre María Eugenia Cadamuro, una mujer de 46 años que había llegado a fines de 2016 a la Argentina nuevamente, horas antes de que su madre dejara de existir.
Hasta ese momento vivía hacía alrededor de 5 años en Miami, donde conoció a Pedro García, un cubano, trabajador de la construcción con quien se casó.
"Maru", como todos le dicen, tiene dos hijos, Jeremías (21) y Guadalupe (24). El primero vivió mucho tiempo con su tía, Mabel, y la joven reside en Buenos Aires, donde estudia teatro.
Los amigos de María Eugenia fueron los primeros en notar su ausencia y de hecho realizaron la denuncia policial correspondiente. Llegaron a su casa, encontraron todo como si fuera a regresar en diez minutos, pero l amujer nunca apareció.
A partir de entonces comenzó un derrotero de búsquedas, pedidos solidarios a través de las redes sociales y una maraña de comentarios y versiones malintencionadas y sin fundamentos que barajaban cinematográficas hipótesis sobre su paradero.
En el medio de esa situación de profundo pesar para todos sus seres queridos, salió a la luz un conflicto familiar que Maru mantuvo con su hermana Mabel por cuestiones relacionadas a una herencia de la familia Cadamuro. Esa parte de la historia, que terminó con denuncias cruzadas, pertenece al fuero íntimo y en realidad no cobra relevancia en esta crónica.
Pero de todas maneras, esto fue caldo de cultivo para un sinnúmero de elucubraciones dignas de los más encumbrados dramaturgos.
Mientras tanto, los amigos de María Eugenia decidieron convocar a una manifestación pacífica frente a los Tribunales de Jesús María cuando ya habían pasado 15 días de su desaparición.
Ese día, el 30 de marzo, diez minutos antes de que comenzara la movida frente al palacio de justicia, el Fiscal Raúl Almeyda, con el aval de la Jueza Cecilia Ferrero, emitieron una orden de detención para Jeremías, acusándolo de "privación ilegítima de la libertad agravada".
El fundamento de su detención fue, entre otros, la posibilidad de fuga y el riesgo procesal que implicaba la posibilidad de que el joven tomara contacto con otros testigos de la causa.
Desde ese día el hijo de Maru permanece detenido en la Cárcel de Bower, esperando que el Fiscal tome algún tipo de resolución relacionada con un pedido de excarcelación que interpusieron sus abogados defensores.
Pero lejos de eso, el secreto de sumario que se decretó desde el primer día de investigación se extendió por otros diez días.
El abuelo de Jeremías, Jorge Sanz, fue uno de los pocos familiares que hablaron con la prensa ese día y manifestó que la investigación estuvo "direccionada" para acusar a su nieto. Mencionó además a Pedro García, el marido de María Eugenia, como otra posible línea de investigación pero sin hacer acusaciones concretas.
Mientras tanto, los abogados insistieron en que no hay motivos para que el joven permanezca detenido, pero el hermetismo de la investigación no permite acceder a ninguna de las fojas que contiene el expediente.
Se hicieron allanamientos en domicilios de la familia de María Eugenia, en comercios, en uno de los campos de la familia Cadamuro y en la casa del propio Jeremías.
También se siguen efectuando rastrillajes en la zona de Villa del Totoral, Sarmiento y Villa Gutierrez, buscando alguna pista de la mujer, cuyo paradero sigue siendo un verdadero misterio.
Fuentes confiables advirtieron que ya no están buscando a una persona con vida, pero hasta el momento, oficialmente la causa sigue en marcha con la carátula de desaparición.
No se conocen otros sospechosos y mucho menos imputados por el hecho que mantiene conmocionada a toda una comunidad.
Nicolás Luque
Periodista de Más Radio 98.7 - 97.5
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