Un milagro que no haya más muertos

Jesús María. Un siniestro vial que dejó dos heridos demostró que nuevamente las ambulancias son escasas. Si la situación hubiese sido más seria, otra sería la historia. Media hora de demora para asistir un herido es un riesgo. 

Un accidente vehicular en la intersección de Estrada y Av 28 de Julio dejó un saldo de dos heridos. Por la violencia del choque la conductora del Renault Clio quedó atrapada en el habitáculo y tuvo que ser rescatada por personal de Bomberos.
En tanto, el acompañante del VW Vento también sufrió lesiones y después de ser bajado del auto por el personal de rescate tuvo que esperar unos 20 minutos tirado en el pasto hasta que finalmente llegó una segunda ambulancia.
¿Y si las lesiones que sufría eran de mayor gravedad? ¿Cuál iba a ser la explicación? ¿Y si el desenlace era la muerte? ¿Y si los heridos eran diez?
Vivimos en una zona que tiene más de 50 mil habitantes y hay dos empresas privadas que, como es legítimo, atienden a sus asociados con mayor prioridad.
Los municipios tienen un convenio de asistencia en accidentes que se den en vía pública, pero muchas veces las dos firmas prestatarias del servicio no tienen unidades disponibles justo en el momento en que ocurren los siniestros.
A pesar de los millonarios presupuestos de Jesús María y Colonia Caroya, los municipios siempre se han resguardado en el argumento de que no podrían solventar una ambulancia o servicio de emergencias propios.
Entonces, ¿cuál es la respuesta que se da a la comunidad ante estos imprevistos?
No es la idea cargar las tintas contra alguien en particular, pero creo que son los Estados los que deben trabajar en una solución a este problema eterno de nuestra región.
Muchas veces parece que todo gira hasta que el engranaje se rompe, pero considero que quienes tienen la honorable labor de dirigir los destinos de nuestras comunidades tienen la obligación de encontrar respuestas.
Podrán tildarme de extremista, pero es un milagro que no haya más muertos.