Justicia por mando a distancia
Jesús María.
Aunque muchos se enojen por estas palabras, quiero resaltar el deficiente funcionamiento de la Justicia de Jesús María. La violencia de género es uno de los flagelos que supera ampliamente la capacidad de los actuales responsables de proteger a las víctimas.
El caso de Anahí Rodriguez, una joven que debió encabezar una manifestación para que restablecieran la orden de restricción de acercamiento que pesaba sobre su ex pareja, el hombre que la golpeó durante cinco años, es uno de los tantos que merecen al menos, más atención.
Después de las pancartas, los medios de comunicación, el escrache, la Justicia rectificó una determinación que había tomado pocas horas antes.
Entonces uno se pregunta: ¿Cómo se toman las decisiones en la Justicia de Jesús María?
Actualmente el Juez Civil, Dr José Sartori, se encuentra de licencia y es reemplazado temporalmente por el Juez de Control, Dr Oscar Patat, que ya está abarrotado con las causas de su fuero y debe sumar a su actividad las de su colega con carpeta médica.
La Legislatura cordobesa ya aprobó la creación de un nuevo juzgado civil, pero eso demorará, como siempre ocurre con las decisiones políticas, muchas otras mujeres violentadas y, Dios no quiera, una nueva muerte.
Así de cruda es la realidad, porque mientras los políticos discuten si le asignan o no presupuesto al nuevo juzgado, las mujeres víctimas de este flagelo que es la violencia de género siguen sufriendo día a día.
Hasta el 31 de mayo de 2015, el Juzgado de Familia de Jesús María ya tenía 433 expedientes por violencia familiar, donde no sólo mujeres, sino también niños, jóvenes, y adultos, son víctimas.
Cuando se cometen algunos errores, como el que le tocó vivir en carne propia a Anahí, uno se pregunta quién escribe las decisiones que los jueces sólo firman. Porque me niego a creer que un Juez que realmente haya leído el expediente de Anahí haya autorizado un levantamiento de la orden de restricción.
Es por eso que la palabra "error" no es un calificativo ocurrente, es una descripción de lo que ocurrió, dado que si la decisión que tomaron hubiese sido correcta, las autoridades judiciales no la hubiesen cambiado tan facilmente.
Otro caso se dio el mismo día, cuando una pareja que salía de Tribunales comenzó a discutir y la mujer terminó siendo golpeada nuevamente y en plena calle por su ex pareja, que le arrebató de los brazos a su hija de 2 años.
La Justicia nuevamente debió dar marcha atrás y colocar nuevamente una orden de restricción al golpeador, y dotar de un botón antipánico a la víctima.
Creo que la Justicia de Jesús María, que no habla con la prensa, que no da explicaciones, que decide enclaustrarse en su lujoso palacio, debe al menos, hacer un examen de consciencia.
No se puede impartir Justicia solamente leyendo expedientes.
Aunque muchos se enojen por estas palabras, quiero resaltar el deficiente funcionamiento de la Justicia de Jesús María. La violencia de género es uno de los flagelos que supera ampliamente la capacidad de los actuales responsables de proteger a las víctimas.
El caso de Anahí Rodriguez, una joven que debió encabezar una manifestación para que restablecieran la orden de restricción de acercamiento que pesaba sobre su ex pareja, el hombre que la golpeó durante cinco años, es uno de los tantos que merecen al menos, más atención.
Después de las pancartas, los medios de comunicación, el escrache, la Justicia rectificó una determinación que había tomado pocas horas antes.
Entonces uno se pregunta: ¿Cómo se toman las decisiones en la Justicia de Jesús María?
Actualmente el Juez Civil, Dr José Sartori, se encuentra de licencia y es reemplazado temporalmente por el Juez de Control, Dr Oscar Patat, que ya está abarrotado con las causas de su fuero y debe sumar a su actividad las de su colega con carpeta médica.
La Legislatura cordobesa ya aprobó la creación de un nuevo juzgado civil, pero eso demorará, como siempre ocurre con las decisiones políticas, muchas otras mujeres violentadas y, Dios no quiera, una nueva muerte.
Así de cruda es la realidad, porque mientras los políticos discuten si le asignan o no presupuesto al nuevo juzgado, las mujeres víctimas de este flagelo que es la violencia de género siguen sufriendo día a día.
Hasta el 31 de mayo de 2015, el Juzgado de Familia de Jesús María ya tenía 433 expedientes por violencia familiar, donde no sólo mujeres, sino también niños, jóvenes, y adultos, son víctimas.
Cuando se cometen algunos errores, como el que le tocó vivir en carne propia a Anahí, uno se pregunta quién escribe las decisiones que los jueces sólo firman. Porque me niego a creer que un Juez que realmente haya leído el expediente de Anahí haya autorizado un levantamiento de la orden de restricción.
Es por eso que la palabra "error" no es un calificativo ocurrente, es una descripción de lo que ocurrió, dado que si la decisión que tomaron hubiese sido correcta, las autoridades judiciales no la hubiesen cambiado tan facilmente.
Otro caso se dio el mismo día, cuando una pareja que salía de Tribunales comenzó a discutir y la mujer terminó siendo golpeada nuevamente y en plena calle por su ex pareja, que le arrebató de los brazos a su hija de 2 años.
La Justicia nuevamente debió dar marcha atrás y colocar nuevamente una orden de restricción al golpeador, y dotar de un botón antipánico a la víctima.
Creo que la Justicia de Jesús María, que no habla con la prensa, que no da explicaciones, que decide enclaustrarse en su lujoso palacio, debe al menos, hacer un examen de consciencia.
No se puede impartir Justicia solamente leyendo expedientes.
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