Bronca, angustia, dolor, nostalgia, soledad, ansiedad, desazón.... son algunas de las sensaciones que me invaden cada vez que pienso en vos. Hoy estarías cumpliendo 66 años y para mí es una fecha que remueve una herida abierta, una ausencia que me quiebra el pecho y la garganta. Hace pocos días escuché a alguien decir que es cuando perdemos a alguien es casi imposible no tenerlo presente casi todo el tiempo, y me sentí profundamente identificado. Es que estás en mí a cada paso y con cada cosa que hago siento que me faltás, que no estás. Tal vez es porque te excediste en la dosis de amor necesaria, o exageraste los cuidados que un hijo necesito. Cada mañana al levantarme o cada noche, cuando te sueño incansablemente, me pregunto si hice lo suficiente, si estuve a la altura de las circunstancias, si en algún momento tomé realmente conciencia de lo que te estaba pasando. Eso me atormenta y no tengo una respuesta, no tengo siquiera a quien preguntarle. Pero siempre trato de record